En una navidad de sombra y luna, resucité
como el sol,
Me contagie con los las perlas y
esmeraldas de tus besos,
Quemando mis manos la arena caliente de tu
piel,
Reconociendo la bella carita de playa que tienes,
Creo que debo estar preso en algún arrecife
de tus ojos,
Quiero dejarme querer, por esa bella
marinera,
Que me pide que guarde los doblones de oro
en su corazón,
Para enterrarlos en la playa de nuestro
amor,
Tambien tengo una barca que está llena de los besos,
De una marinera que, es la chiquita que
vive en mi playa,
La playa es mi corazón, ella me dice que
me deje querer,
Como negarme a sus dulces encantos de
sirena hechicera,
Ella me propuso ser el dueño del paisaje de
sus pensamientos,
Entonces, como me voy a ir si me quiero
quedar ahí,
El sonido relajante de la guitarra de tu
explosivo corazón,
Puede encender o calmar a mi tiburón
depredador,
Ese que es mí querer para esa bella
marinera,
Y entonces ¿que más puede pedir esa
chiquita y bella mujer?
Que así como la arena, no puede estar sin
su mar,
Como “Davi Jones” de una película de
ciencia ficción,
Dijo: “El mar soy yo”, y yo digo: “Yo soy
tu mar”,
Mi bella,
radiante y hermosa chiquita marinera.
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